Alhóndiga
Funciones históricas Depósito y comercio de grano. Las alhóndigas surgieron como lugares donde los agricultores traían el grano a la ciudad o villa, lo almacenaban y vendían. La compraventa solía realizarse bajo la supervisión municipal para garantizar el suministro de alimentos a la población, evitar el desabastecimiento y regular los precios, previniendo así la especulación y la escasez en épocas de crisis. Punto de encuentro y mercado. Eran el centro de la vida económica local para los productos básicos, pero también podían almacenar y negociar otros alimentos o mercancías. Muchas veces eran espacios de subasta y contratación, reuniendo a agricultores, mercaderes y corredores en un mismo lugar. Aduana y almacén polivalente. En algunas ciudades, la alhóndiga hacía además las veces de aduana, pesando y registrando mercancías que entraban y salían, y recaudando tributos. En ocasiones, un mismo edificio acogía distintas funciones: depósito de grano, almacén de otras mercancías, caballerizas, hospedería para comerciantes forasteros e incluso, más tarde, usos sociales como matadero o corral de comedias.
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