En el mito Briseida fue tomada como botín de guerra por el héroe griego Aquiles, convirtiéndose en su concubina o esclava. Cuando Agamenón, líder de los aqueos, tuvo que devolver a Criseida a su padre para apaciguar la ira del dios Apolo, exigió compensación y le arrebató a Briseida a Aquiles. Esto provocó la ira de Aquiles, quien se retiró de la batalla, causando un cambio decisivo en el desarrollo de la guerra. Aquiles solo volvió a entrar en combate después de la muerte de su amigo Patroclo, en un momento crítico para los griegos. Tras su regreso, Agamenón devolvió a Briseida a Aquiles.