El siglo de Augusto

Introducción

Después de la victoria sobre Antonio y de la anexión de Egipto, Octavio llevó a cabo la unificación del mundo mediterráneo. Comenzaba una nueva era, la era imperial; pero, aunque omnipotente, acordándose de la trágica muerte de César, Octavio se abstuvo de proclamarse rey o dictador. Respetó en apariencia las instituciones republicanas, en cuanto que estaba convencido de que el principio monárquico y el carácter hereditario del poder eran necesarios para la estabilidad del Imperio. Adorado en Oriente como un dios, fingió resignar sus poderes en el año 27 a. de C. El Senado le suplicó que conservara una parte de ellos y le confirió el título de Augusto, reservado a los dioses. Desde entonces, cambió de nombre y se llamó Imperator César Augusto. Tenía a la sazón 36 años.

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