Introducción Encarnó como ningún otro el espíritu romántico, sufrido y talentoso de la Generación del 13. En un grupo marcado por la pobreza, la muerte prematura y la rebeldía silenciosa contra el academicismo, Plaza se destacó como el retratista del alma colectiva. Su vida, breve y desgastada por la bohemia, fue un reflejo fiel de los personajes que pintó: hombres y mujeres humildes, dotados de una dignidad melancólica y una riqueza interior que contrastaba con su miseria material.