Fetichismo

Introducción

La voz fetiche procede de la palabra portuguesa feitico (del latín factitius), que significa «sortilegio maléfico, encantamiento, encanto», y por extensión amuleto u objeto poseído por una fuerza sobrehumana o trascendente, o recipiente de poderes mágicos o sagrados. Al parecer la voz fue utilizada por los portugueses en sus relaciones con las poblaciones aborígenes del África occidental para designar objetos del uso común y diario, a los que los nativos daban una, para ellos, incomprensible importancia, tales como dientes, uñas, colas, plumas, cuernos, conchas, bastones, harapos de vestidos, montoncillos de tierra con diversos simulacros, astros, etc., y a los que se dirigían con oraciones y sacrificios, así como con cierta reverencia a la hora de solicitar auxilio de los «poderes superiores».

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