Introducción A diferencia de los materiales inflamables, que arden con facilidad, los ignífugos están diseñados para retardar, inhibir o incluso evitar la propagación del fuego, lo que los hace esenciales en la seguridad contra incendios. Esta característica se logra mediante tratamientos químicos, composiciones especiales o estructuras físicas que impiden la reacción en cadena del fuego. La ignifuguidad no significa que un material sea completamente incombustible, sino que aumenta su resistencia al calor y las llamas, ganando tiempo crucial para la evacuación o el control de un incendio.